Hay una situación que el sistema financiero local se imagina para un futuro no muy lejano: un argentino quiere comprarse un celular nuevo, paga con los dólares que tiene guardados en su cuenta de ahorro mediante la tarjeta de débito y el comerciante recibe los billetes verdes en su cuenta bancaria.
Ese escenario de competencia de monedas, donde los clientes podrán elegir cómo abonar (si en millones de pesos o con unos cuantos dólares), es para el que se preparan las procesadoras de pago y las tarjetas de cara a fin de año..